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miércoles, 25 de abril de 2012









Qué bonito es vivir en el camino y liberarse de los miedos.
Qué feliz reencontrar la inspiración en tus miradas
y recordar mi infancia, cuando viajaba a los ríos y a las 
montañas, para jugar a ser poeta y a imaginarte,
escribiéndote poesías cuando aún no te conocía,
con mi libreta, mi lápiz de carbón y mis sandalias rotas. 
Y después volvía a casa y creía construir palacios.
Dibujaba siempre un campo de girasoles alrededor,
y nunca había sabido muy bien por qué. Hasta ahora.
También recuerdo que en el patio de mis abuelos,
había unas placas de mármol, que entonces me parecían
enormes. Y cuando mirábamos qué había detrás,
siempre encontrábamos un montón de caracoles dormidos.
Y yo echaba a correr a los brazos de mi abuela
porque no me gustaban, mientras me iba girando
para saber si me perseguían con sus casas ambulantes.
Pero ellos permanecían allí, quietos y juntos, como
planeando una invasión a las flores de mis dibujos.
Por las de los tuyos no te preocupes, que yo las cuido.
Tengo tres. Se están haciendo enormes, de verdad.
Cada día las riego y les hablo, como tú me dices.
Y puede que no te lo creas, pero ellas también me 
hablan de ti, y nos pasamos horas debatiendo cuál 
será tu próximo color de pelo mientras nos reímos.
Las flores te quieren porque eres como ellas,
haces lo imposible para encontrar el sol cada día,
y se lo haces descubrir a quien vive entre nubes,
como el niño del que te hablaba.
Por eso ahora es primavera en mí, y no necesito 
más que agua, luz y unas palabras tuyas
para echar raíces en tus mejores recuerdos.
Y así, florecer.



domingo, 22 de abril de 2012

"La Tierra no es una herencia de nuestros padres, 
sino un préstamo de nuestros hijos." 


Proverbio Indio









Feliz día, Tierra.
Adelante, ¡desátate! ¡grita tu nombre!
Desnúdate de esas ocres ciudades que te visten
y sal a bailar dejándote ver esos colores alegres.
Haz que mujeres y hombres queden embobados,
rendidos a tus maravillas,
suplicándote un día más en el paraíso.


Adelante Tierra,
convence a aquellos que te han desterrado,
dale luz a quienes te han adornado con
bisuterías baratas, y también a quienes te han
ofendido ensuciándote, y acercando el infierno
a tus feudos, han avivado tus llamas internas.


Paciente Tierra,
que viste al humano abusar de los bosques y
de los mares, y después, abusar salvajemente
del resto de animales, blasfemando ante ti,
creyendo ser dueño de lo que le prestaste.


Tú Tierra,
que viste al humano, loco de él, 
enfrentarse a sí mismo, dividiéndote 
en parcelas, dibujándote fronteras,
y matándose por defenderlas.


Tú que viste indefenso al Indio ante el colono.
Al hombre bueno apaleado por uniformes
sin cabeza. Al mendigo abrazar tu frío.


Tú que sufres en el olvido, observándonos
mientras giras triste, esperando que descubramos
que Dios no están los cielos, sino en tu pecho.


Llévanos Tierra, a tu océano más pacífico,
y ahóganos en oxígeno. Haznos un hogar
en las entrañas de tu árbol más antiguo,
y de nuevo, llena de flores nuestras vidas.


Porque desde que te fuiste,
no ha dejado de llover ceniza.






Feliz día de la Tierra;


David Rebollo

viernes, 20 de abril de 2012


Cuando el reloj dictó el primer segundo del tercer mundo en mi conciencia,
un cuarto de nostalgias, impropias de mi quinta, abrió sus puertas.
Y me volví a los tiempos de Sexto Empírico, y a los siete mares de Heródoto.
Subiendo y bajando octavas te pinté la novena en los oídos, como te prometí.
Pero amigo,
la perfección vive en la muerte, 
y yo creí encontrarla.








David Rebollo
 

Copyright 2010 El coleccionista de silencios.