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sábado, 19 de junio de 2010

"Para Laura, quién más difusión otorgó a ésta prosa"



Cada día, despego mis párpados por primera vez y lloro, con o sin lágrimas.
La luz me deslumbra, y me levanto de la cama abandonando mi posición fetal.
Cada mañana gateo hasta que aprendo a caminar, me dirijo a la ducha y a la nevera,
a lavar mis manos, mi cara y mi espíritu, a masticar los alimentos y los problemas.

Cada día tengo que aprender a sonreír. Renazco inocente, así que durante el día debo aprender a tratar a la gente como alguien que perdió su inocencia, tengo que esforzarme en perder mi imaginación y mi ilusión por cada nuevo descubrimiento, intento disimular mis sueños imposibles, mis pataletas infantiles y mi amor unidireccional.

Tal vez por ello sufro tanto. No pretendo que me entiendan, pero me sentiría mejor si supiese quién renace de la misma forma que yo, o por lo menos, supiese de dónde renazco...
Me resulta demasiado paradójico el hecho de nacer sólo y ser consciente de ello.

Posiblemente preferiría no saber que mañana renaceré de nuevo, porque renacer cada día, implica morir cada noche, y así estoy, escribiéndote éste epitafio mientras muero una noche más, esperando que algún día quieras renacer a mi lado.


Mañana será otro
día.


Mañana será otra
vida.




Por David Rebollo
El Lunes, 14 de septiembre de 2009


"El hombre de Vitruvio" de Leonardo da Vinci

3 comentarios:

Irene dijo...

de la forma (més/menys) borde possible et dic que m'agrada. Que m'agrada molt, mr. D

Danila dijo...

Que hermoso!
Me generó muchos sentimientos/sensaciones encontradas el escrito, y nacer duele siempre, el dolor es inevitable, pero nacer también implica algo nuevo, y eso es lindo, que se renueve la piel y todo lo que uno lleva dentro.

Un beso,
hasta las próximas palabras!

Laura dijo...

GRACIAS DEAUVEIDÉ

AUPA CELTICS!

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