Dio tres saltitos y se acercó a una miga de pan.
Confuso, dudó unos instantes hasta que se decidió a picotearla.
Sus hermanos y amigos aplaudieron la valentía del hecho y para celebrarlo empezaron a silbar al unísono honorando al heroico descubridor.
Sin embargo, el cemento que les envolvía distorsionó la melodía hasta el desafine.
Sin embargo, el cemento que les envolvía distorsionó la melodía hasta el desafine.
Sin más, se hizo el silencio y una lágrima barnizó el asfalto.
Qué dura y duradera la vida del exiliado.
1 comentarios:
Fora terres, fora platja;
oblida't de tot regrés;
no s'acaba el teu viatge;
no s'acabarà mai més.
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